125 gr. harina
1/4 teaspoon levadura química (en caso de no tener cucharillas medidoras, 1 teaspoon equivale a 1 cucharilla de postre)
1/4 teaspoon sal
1 tablespoon cacao (equivale a una cuchara sopera)
60 gr. mantequilla (debe estar a temperatura ambiente)
150 gr. azúcar
1 huevo talla "L"
1/2 teaspoon de aroma de vainilla
120ml buttermilk (si no tenéis se puede sustituir por 1 yogur griego y 3 cucharadas soperas de leche)
Colorante alimenticio rojo
1/2 teaspoon vinagre blanco
1/2 teaspoon bicarbonato
Elaboración:
Precalentamos el horno a 175ºC y preparamos las cápsulas de magdalenas.
Mezclamos la harina con el cacao, la sal y la levadura, tamizamos y reservamos.
Ponemos el yogur (o el buttermilk) en un bol y mezclamos con el colorante rojo. Nosotros usamos un colorante rojo en pasta extra red, que cuesta bastante de deshacer, pero tiñe la masa muy bien. Si el colorante es líquido, este paso será mucho más sencillo. Cuando obtenemos un color rojo intenso, en caso de usar yogur, añadimos las 3 cucharadas de leche y mezclamos bien. Reservamos.
Ponemos la mantequilla en un bol y batimos hasta que quede cremosa. Si usáis un robot, usad la pala K, ya que os quedará mejor, si no tenéis es mejor que uséis una batidora eléctrica de varillas.
Una vez la mantequilla esté cremosa, añadimos el azúcar y batimos un par de minutos hasta que quede bien integrada.
Añadimos el huevo y el aroma de vainilla y seguimos batiendo unos minutitos más hasta que quede una pasta homogénea.
Añadimos a la mezcla 1/3 parte de la mezcla de harina + cacao + levadura + sal y seguimos batiendo hasta que se integre. A continuación añadimos la mitad del buttermilk (o la mezcla de yogur y leche) y seguimos batiendo.
Añadimos otro tercio de la harina, mezclamos con las varillas o la pala K y añadimos el buttermilk (yogur) que nos quedaba. Finalizamos añadiendo el resto de la harina y acabamos de mezclar bien la harina que nos queda por los bordes con la ayuda de una espátula.
En una taza ponemos la media cucharadita de bicarbonato, añadimos el vinagre y removemos (veremos que hace una espuma efervescente). Rápidamente lo añadimos a la masa y mezclamos con la ayuda de una espátula. Rellenamos las cápsulas hasta las 3/4 partes y horneamos a 175ºC (horno precalentado previamente con calor arriba y abajo) durante 12-15 minutos para las mini magdalenas y 18-20 minutos para las magdalenas grandes. Recordad que cada horno es distinto, para comprobar que están hechas pinchadlas con un palillo y verificad que sale seco.
Son unas magdalenas super esponjosas y así tal cual están muy ricas, pero lo que las hace características es el frosting de queso. En casa nos encanta el frosting que hacemos para las magdalenas de queso cremoso así que hacemos el mismo.
Ingredientes para el frosting:
120 gr. mantequilla (a temperatura ambiente)
300 gr. azúcar glass
250 gr. queso tipo Philadelphia
Elaboración:
Para hacer cualquier buttercream, la mantequilla debe estar a temperatura ambiente, en verano, con tenerla fuera de la nevera una media hora es suficiente.
Batimos la mantequilla y el azúcar glass tamizado con la ayuda de una batidora de varillas eléctrica o un robot con la pala K. Contra más rato estéis batiendo, más blanca os quedará la mezcla.
Añadimos el queso (frío de la nevera) y batimos hasta que esté bien integrado. No os paséis batiendo o perderá firmeza.
Si veis que ha perdido algo de firmeza, ponedlo un rato en la nevera (pero no os paséis o se endurecerá del todo).
Ponemos el frosting de queso en una manga pastelera con una boquilla rizada y decoramos las magdalenas a nuestro gusto.
Nota:
Si queréis hacer una tarta en lugar de magdalenas, seguid la misma receta, doblando las cantidades y usando moldes para bizcochos. También queda espectacular.