200 ml. agua
500 gr. azúcar
2 naranjas (grandes) de mesa
Elaboración:
Lavamos bien las naranjas, a ser posible con un cepillito para que queden libres de impurezas, ya que comeremos la piel.
Cortamos la cabeza y el culo de la naranja y lo deshechamos. El resto de la naranja, la cortamos a rodajas de medio centímetro aproximadamente. Ponemos el agua, el azúcar y las rodajas de naranja en una cazuela, la tapamos y la ponemos a fuego fuerte hasta que el agua empiece a hervir.
A continuación bajamos el fuego (nuestra vitrocerámica tiene 9 posiciones, lo hemos puesto al 3) y dejamos cocer durante una hora y media aproximadamente. Durante la cocción vamos vigilando que queden todas las rodajas cubiertas con el almíbar, para que se confiten bien. Pasado el tiempo, con cuidado, vamos sacando todas las rodajas de naranja y las ponemos a secar sobre una rejilla durante un día aproximadamente.
Si necesitáis las naranjas el mismo día, se pueden secar en el horno. Con el horno precalentado a 100ºC, calor arriba y abajo y ventilador (si tenéis), las introducimos sobre la rejilla del horno con una lámina de papel sulfurizado durante unos 40 minutos aproximadamente.
Ya tenéis unas ricas naranjas confitadas para vuestro roscón. El almíbar que queda en la olla, lo dejáis enfriar y lo guardáis en un bote de cristal en la nevera, os servirá para calar vuestras tartas, cupcakes o para pintar unos croissants rápidos de chocolate.
Esta receta la hemos encontrado en el blog Cocinando con Goizalde.
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